Después de un par de artículos más íntimos, volvemos a la política. En estos ultimos tiempos se han publicado varias encuentas en las que se muestra un escenario electoral absolutamente novedoso. Por un lado un PP y un PSOE muy por debajo de su suelo tradicional, por otro, Podemos pujante, liderando, o casi, los sondeos.
La situación de PP y Podemos no voy a comentarlas en este artículo, en cambio, la del PSOE me sugieren diversas reflexiones. Partiendo de la base de unos teóricos resultados poco por encima del 20%, viviendo en Sevilla y conociendo algo Andalucia no puedo extrapolar este porcentaje de intención de voto al PSOE-A. Entiendo que el suelo aquí se encuentra, al menos, en 10 puntos porcentuales más, si además tenemos en cuenta el tamaño de esta comunidad autónoma, la aritmética hace el resto. Si todo esto es así, habrá zonas de España donde los socialistas no lleguen al 15%, relegándoles de opción alguna de gobierno.
Esto me lleva a un par de preguntas más. Si el PSOE, excepto en Andalucia, se convierte en la tercera o cuarta fuerza política, ¿quién se va a querer presentarse en sus listas? o ¿qué hará después? Si pacta con el PP parte de su electorado se sentiría traicionado, si le da el gobierno a los nuevos cae en el riesgo de desaparecer fagotizado. En definitiva, le quedaría la posibilidad de abstenerse en las hipotéticas investiduras y convertirse en juez a base de apoyos puntuales. Esto último, siempre que el sumatorio lo permita porque entiendo que habrá casos en los que habrá que contar con alguna fuerza más.
Toda la reflexón anterior me lleva a un último interrogante, abierto a los lectores: si no le da la vuelta a los sondeos, ¿se convertirá el PSOE en un partido eminentemente regional con base en Andalucia? Lo veremos en los próximos meses.