Sevilla, a 20 de diciembre de 2010
La posibilidad de un cambio de gobierno en el ayuntamiento de Sevilla tras las elecciones del próximo Mayo se va asentando. Según las encuestas el Partido Popular obtendría los concejales suficientes para gobernar. La política de pactos entre los partidos de la izquierda ha permitido gobernar al PSOE en las últimas legislaturas. Han sido tiempos polémicos, con fuerte peso ideológico y con la sombra de la corrupción planeando sobre el alcalde y sus más cercanos colaboradores, de hecho alguno anda ya imputado. Estas letras parten de la premisa de una mayoría absoluta que permita que Juan Ignacio Zoido sea proclamado alcalde.
Lo primero a considerar es el panorama que se encuentra. Después de un período donde se ha invertido una cantidad ingente de dinero en proyectos, la mayor parte polémicos y con una carga altísima de sectarismo, ¿cual debe ser la prioridad? No creo que sea el incremento de inversión, ni se puede, al menos al principio, sino el ahorro y poner orden en lo ya realizado, si eso es posible. Sevilla no necesita, ni se puede permitir, tantas fundaciones y chiringuitos municipales. En estos momentos de crisis la reordenación del gasto corriente es esencial, imitando un buen consultor habría que hacer un estudio de viabilidad municipal, y como gestor el político debe gastar el exiguo dinero del consistorio de forma cabal, y por supuesto, que el pueblo lo sepa, hay que dar ejemplo, sólo así se gana el respeto del administrado. Para ello hay varios aspectos, pero creo que dos pulsos principales. No conozco, pero me lo imagino, el grado de blindaje de algunos de los colocados por el actual régimen. Hay que darse cuenta que los partidos políticos se han convertido en empresas de colocación y la perspectiva de los que actualmente están en el poder no es halagüeña. Si nos creemos las encuestas, y esta reflexión se basa en ese escenario, como comenté, el PSOE y por ende IU podrían perder todas las autonomías en donde gobiernan y la mayoría de las poblaciones con relevancia. Eso es una ingente cantidad de puestos políticos, dados a dedo, con las patitas en la calle, sin hablar de empresas públicas, diputaciones, mancomunidades, etc… Si a esto sumamos los tiempos de crisis, nos encontramos ante una tragedia sin parangón en el organigrama de estos partidos, además de un grave quebranto financiero. No dudo que para garantizar la fidelidad de al menos parte de su grey, se van a modificar, si hiciera falta, todos los contratos que puedan para salvaguardar, si no el puesto, si una suculenta indemnización. Eso puede ser un molesto palo en la rueda del nuevo alcalde, o se gasta la pasta o tiene que alimentar al enemigo con lo que eso significa.
Un segundo embolado, y este heredado por generaciones, es TUSSAM. Esta empresa, en una mezcla de incapacidad y falta de verdadera voluntad política, no ha hecho más que chantajear a la ciudad, costándole, por un servicio de dudosa calidad, un ojo de la cara. ¿Es justo que un conductor de autobús de una empresa pública gane más que un profesor de instituto o un profesor titular de universidad? Dicho con el mayor respeto hacia su trabajo, los recursos de todos no se pueden emplear en los privilegios de los partícipes de un coto cerrado de enchufados, una taifa de los antiguos del colectivo. Si ZP declaró la emergencia con el abuso de los controladores posiblemente aquí haga falta plantear un pulso similar de una vez por todas para racionalizar la empresa. Para vencerlo hará falta el consenso de todos, al menos la ciudadanía, pues tendremos que sufrir una huelga en Feria, ese será el momento de encararse y cargar contra los sindicatos que la secunden, ¡basta ya de privilegios!
Si el candidato en el primer año logra poner en marcha estos temas tendrá en parte encauzado su mandato. Ahora tocaré otros miuras, que hacer con los proyectos faraónicos del Emperador de Triana. Por orden de actualidad y al estar escribiendo, como casi siempre, en mi café de la Encarnación empezaré por sus setas, para mi alcauciles. Ya estarán terminadas o casi, espero que no liquidadas, y esto lo entenderéis más tarde. La inversión realizada, el proyecto en si, una vez más reiterar que a mi me gusta, y el lugar donde se ubican merecen el mayor esfuerzo posible para que triunfen. La mayor pega, y esto que comento no es incongruente, es el proyecto en si. El coste intrínseco del mismo es excesivo para el sistema de concesión. Sacyr, en su legítimo derecho de explotación, necesita ofertar los locales a unos precios desorbitados sobre todo en estos momentos de crisis. No le auguro un gran comienzo comercial al conjunto, y no lo digo por estética, que me gusta, y mucho menos por el sitio que ocupa, que me encanta, además creo que a la larga transformará una zona importante del centro, revitalizando la zona y ampliando la zona de tiendas del centro. El comentario viene a colación de la coyuntura actual, ya hay suficiente oferta ociosa para usos similares en puntos clave como para que Metrosol Parasol sea un éxito fulgurante, a medio plazo puede, a corto lo va a tener difícil. Solución, veo dos y no me gusta ninguna. La primera sería subvencionar el alquiler, o al menos los más significativos. Sería una vergüenza que se inaugure el mirador y se encuentren vacíos los locales de restauración allí situados. La segunda es tirar por la calle de en medio y expropiar, si la condición antes comentada es así, negociaría con la concesionaria la devolución de la concesión a la ciudad a cambio de no aplicar ninguna penalización por el retraso. Como no creo que se llegase a acuerdo, expropiaría, compensando las penalizaciones, resultado: pleito seguro. Con esto se conseguiría retrasar años el pago de la supuesta indemnización, aspecto nada desdeñable en momentos de escasez, pudiéndose dar la ironía, si la rosa vuelve al ayuntamiento, que un alcalde socialista sea el que pague la factura. Lo último y menos perdonable sería un proyecto cerrado y abandonado, los millones de euros y el tiempo de ese espacio inutilizado no lo merecerían.
Otro asunto heredado es el plan Centro. Es más fácil decir que se derogará que hacerlo, pero si es así, cual será la intención del candidato. Si lo ha dicho lo desconozco, pero entiendo que la idea de un centro peatonal es lo mejorcito de la herencia de Monteseirín. Por supuesto que hay que cambiar las formas, invertir en más plazas de aparcamiento, tema complicado debido a la falta de financiación tanto a empresas privadas como públicas, pero sobre todo y posible piedra angular del tiempo de Zoido en el consistorio, hay que llevar el metro a la plaza del Duque. Esta es la única infraestructura por la que pelear, la SE-40 ya está más o menos lanzada y sólo es cuestión de tiempo, además de ser competencia directa del Ministerio de Fomento. Pero, este tema en el fondo se le escapa de las manos al alcaldable pero puede tener uno o dos puntos de inflexión. Todo a mi entender depende del resultado de las elecciones autonómicas y generales pues el concurso y acuerdo de ambas administraciones es necesario, un ayuntamiento no puede acometer en solitario un proyecto de tal envergadura. Creo que el candidato del PP dispone de tres años para llegar al acuerdo de financiación y puesta en marcha del mismo, siendo las tres del mismo color sería factible, si lo consigue y las obras toman un ritmo visible tendrá un porcentaje alto de la reelección asegurada, y si inaugura algún tramo, hasta varias.
En Sevilla necesitamos un cambio, no es cuestión de ideología, sino de pura salud democrática, la alternancia mantiene alerta a los políticos y al menos deben esforzarse. Si Aznar nunca hubiese gobernado, Rajoy no tendría posibilidades de hacerlo, sólo el recuerdo de la gestión económica de esos años es, a mi entender, la mejor baza electoral de los populares y cuando nos cansemos les echamos, ese es la esencia de la democracia, la izquierda se gasta lo que ahorra la derecha. Pedimos un nuevo inquilino, que no propietario, tanto en la plaza Nueva, como San Telmo, de la Moncloa ni hablo. Lo más peligroso para nuestra ciudad es que las administraciones no estén a la altura, nos queda poca esperanza y sólo una nueva forma de hacer política puede insuflar fuerza a una población cansada de retórica frentista y millones de euros despilfarrados. Porque ¿sabe de verdad alguien lo que cuesta un kilo de setas en el nuevo mercado?
El Liberal
¿No podría haberse prejubilado el de la pipa en el Merca?