lunes, 14 de febrero de 2011

Del fútbol, las cajas y los políticos

Sevilla, 14 de febrero de 2011



            Hoy en día hay varios temas de actualidad y de ellos dos que, aunque parezcan inconexos, se pueden hacer un análisis comparado y esto puede dar miedo. Me diréis, ¿qué tienen que ver fútbol y cajas de ahorro? Bueno los dos están pasando una grave crisis financiera, pero no me refiero sólo a esto, intentaré hacerme entender. En un principio, cuando yo  era chico, los clubes de fútbol eran clubes deportivos en su totalidad. Estaban dirigidos por socios que salían de entre los más populares de las bases, si el club era notorio, solían ser  persona populares de la ciudad en cuestión, empresarios sobre todo que buscaban reconocimiento social, y en muchos casos otras cosas. Con respecto a las cajas de ahorro, éstas eran entidades de crédito que  fueron surgiendo la mayoría durante el siglo XIX y principios del XX. Surgían unas a través de Montes de Piedad, cooperativas de crédito, otras, relacionadas varias con la Iglesia, con colectivos profesionales o entidades publicas locales o provinciales y estaban, entonces, dirigidas por profesionales de confianza de los entes promotores. Después, ya en democracia, tras la típica reforma socialista, entraron ya a controlarla directamente en casi todos los casos los  políticos a través de ayuntamientos, diputaciones y sobre todo las autonomías de turno. Aquí encontramos el primer paralelismo, nos encontramos con entidades con una relevancia económica y social en las que sus dirigentes no han puesto un céntimo.

            Volviendo, al fútbol, en los años ochenta del pasado siglo se les obliga a convertirse a la mayoría en sociedades anónimo deportivas. Los clubes entonces salvo raras excepciones estaban en quiebra técnica unos y en suspensión de pagos los demás. El político de entonces pensó, y eso tiene su peligro, que ante la avalancha de insolvencia en entidades de profunda raigambre en sus localidades, se necesitaba reestructurar el sector, algunos ya podrán ver puntos en común con hoy en día. La solución se pensó a corto plazo, se capitalizaron para que pudieran hacer frente a su fuerte endeudamiento y con una gran dosis de demagogia prohibieron que estas nuevas sociedades anónimas repartieran dividendos. Y de esos polvos vienen estos lodos. Los antiguos socios no estaban en condiciones o no quisieron acudir a la adquisición de acciones, los empresarios serios, entre que el sector históricamente nunca presentó grandes números y la prohibición de retribuir al accionista, no les molaba el tema, sólo pasado unos años alguno  ha entrado pero entendiendo siempre el negocio como una inversión en relaciones públicas e imagen. Es casi imposible que una empresa creada sobre la base de una foto fija de una parte de la misma, sin un mínimo plan de negocio, sea viable y si ocurre es casi milagroso. Encima a esto sumamos que los que vieron su chollo fueron los que si vieron su plan de negocio. Los Gil, Lopera, el tandem Cuervas-del Nido entraron a saco. Tenían todo que ganar y nada que perder. Al no poder repartir beneficios, los gestores de las S.A.D., para rentabilizar su inversión se dedican a intentar llevarlas a punto muerto, es decir, beneficio cero, con la mayor cifra de negocio posible. Así ellos, cuanto más dinero  se mueve, más dinero se puede distraer. Ganan dinero con las altas y las bajas, inflando artificialmente los fichajes, ¿no es dudoso que en la mayoría de clubes los fichajes más caros no suelen ser los más rentables? Resultado, hoy en día casi la mitad de los clubes de primera y segunda división se encuentran en situación de concurso de acreedores o previa, veinte años para nada.

            Ahora vienen las entidades de crédito, o mejor, no-crédito. Éstas se encuentran en una situación financiera similar a la de los clubes de fútbol de los ochenta en tanto y en cuanto el Gobierno está a punto de aprobar un drástico plan de reestructuración del sector. En el fondo se pretende algo similar, que unas entidades sin dueño, nunca me he fiado de ellas, pasan a tenerlo a cambio de capitalizarlas para hacerlas teóricamente viables. Como hemos visto la del fútbol al final no ha ido demasiado bien. En el tema de las Cajas para mi el problema es la urgencia. Como siempre este gobierno a negado la mayor hasta que no ha tenido más remedio, entonces a correr. Aquí nos jugamos mucho más. Es aproximadamente la mitad de nuestro sistema financiero, nos afecta de una medida u otra a todos, el Real Madrid, como muestra, club que más ingresa del mundo sería con seguridad la última caja del país en ese apartado. Para mí el primer error es el tan manido ratio de solvencia, el ahora famoso core capital. Al igual que en las sociedades deportivas a quien cumpla con un requisito estático se la da viabilidad, y dentro de un año o dos ¿qué? Que empresario solvente invertiría cantidades importantes de dinero, desinvirtiendo en otras, sin tenerlo todo claro, pues, ninguno a no ser que se beneficie por otro lado que no conozcamos. Además los que tienen liquidez a esos niveles, hoy en día, son especuladores de primer orden. Al final, me temo, que esto tiene una pinta al menos preocupante. No me apetece conocer a unos nuevos Lopera pero de cuello blanco, o a los famosos fondos piraña, del exterior. Entiendo que hay que dar una imagen de fortaleza y seriedad a los mercados, huir de los  políticos y buscar profesionales. Eso es fácil decirlo, ¿alguien conoce a un sólo político que renuncie voluntariamente a una sola parcela de poder? Y menos a la rentable económicamente. Para botón de muestra en la lista de cinco nuevos consejeros de Banca Cívica que corresponde elegir a Cajasol va más de uno. Por tanto me reitero, nos van a mirar de arriba abajo, si el plan no se lo creen, y este pasa por cerrar oficinas, echar a muchos empleados y renunciar a muchos privilegios, no va a entrar dinero serio de fuera. Si esto ocurre entrarán los inversores de ganga a valoraciones de risa, exigencias leoninas y expectativa de ganancia a corto, porque si no crees en el negocio sólo entras si es una oportunidad especulativa.

En definitiva, no quiero verme diez o quince años después volviendo a pagar la roncha de salvar a nuestro sistema financiero como va pasar hoy en día con el fútbol, porque nos quitarán el mismo en televisión gratuita, para bien de nuestras esposas, teniendo que pagar de una forma u otra para seguir al equipo de nuestros amores. Curiosamente  y sirva de inciso, esta medida va a salvar casi  de la quiebra al Sr. Roures, televisivo de referencia de nuestro alabado ZP. En el futuro nuestro y de nuestros hijos, espero que esto que están preparando no sea una nueva chapuza, con veinte remiendos de igual forma, de nuestro mencionado amigo y sus secuaces.